...¡Diablo alado, no hables más!
dije, dando un paso atrás;
¡Que la tromba te devuelva a la negrura abisal!
¡Deja en paz mi soledad!
¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!
Dijo el cuervo:
Nunca más...
Edgar Allan Poe (El Cuervo, 1845)
©All rights reserved